Poco a poco el río Cifuentes discurre más deprisa en su devenir hacia el Tajo, y esa frontera, el cambio de ritmo, el nuevo discurrir, lo marca Gárgoles de Abajo.
Apostado en la pendiente de una loma suave y placentera, los ocres de las tierras que circundan la población marcan con sus infinitas tonalidades el comienzo de un nuevo paisaje.
En Gárgoles de Abajo destaca la Iglesia Parroquial, construcción de planta de cruz latina de una sola nave con bóveda de arista y torre a los pies. Su construcción data del Siglo XVII, siendo la portada el mayor exponente del barroquismo que la impregna.
Interesante igualmente es una coqueta Ermita en el camino del camposanto, con portada de doble arco geminado al estilo de la comarca.
Pero en la localidad destaca sobremanera el amplio número de construcciones de origen rural, donde la madera y el tapial cobra la importancia que materiales tan nobles merecen, utilizados en disposiciones tan dispares como viviendas, pasadizos encantados...
Recibe Gárgoles de Suso al río con explanada, fuente de mil caños y puentes de piedra que unen sus orillas; y el pueblo ama al río, se mira en el río, volcándose sobre él. Y tanto amor parece mostrarle, que le acompaña en su camino hacia Trillo con las alcahuetas cuevas horadadas en sus márgenes, profundos ojos que miran tristes y curiosos su partida inevitable

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